Cada
año uno espera encontrarse con películas mejores que las del anterior pero no
siempre sucede, el cine es volátil y voluble, podemos ver que en algún momento
hay un país que se destaca y al siguiente vuelve a perderse, lo mismo que
directores de quienes esperamos buenas piezas y no resulta como deseáramos.
2013 no fue la excepción, en términos generales me gustó menos que 2012 y
también me pesa que no pude ver tanto cine mexicano como me hubiera gustado,
más con el buen estado por el que pasa ahora, en fin. En este año me resultó
más sencillo encontrar diez para poner en la lista, que son las siguientes (en
orden alfabético):
Buscando a
Sugar Man
Searching for
Sugar Man. Malik Bendjelloul. Suecia-UK, 2013
Una
historia fascinante; por encima de The
act of killing -que no termina de convencerme como documental y lo veo más
como ficción- este me parece la historia mejor explorada del 2013 por todo lo
que envuelve: un desconocido cantante folk graba un par de discos en los años
60 en USA que de alguna manera llegan a Sudáfrica y sus canciones se vuelven
himnos en la lucha contra el apartheid. Años después será redescubierto en el
país por el que sin ser consciente tanto hizo. Imprescindible.
Gravedad
Gravity. Alfonso
Cuarón, USA 2013
La
experimentación con el cine en 3D comienza a rendir frutos desde su perspectiva
artística, es cierto que no se trata de una obra acabada ni de una pieza de
arte total, pero Gravedad será recordada como una de las pioneras en el
aprovechamiento general de las herramientas que brinda la tercera dimensión. Grande
en su sencillez, con todo y tener a Sandra Bullock como protagonista.
Halley
Sebastian Hofmann.
México 2012
Mi
película mexicana favorita del año. Contrario a la pesada loza intelectualoide
de Heli y esa tendencia (fallida) de
trasgredir la estructura aristotélica que es el mal común del cine nacional
actual, Halley es precisa y contundente en sus planos largos, fueras de foco,
escenas en apariencia inútiles, además de una fábula maravillosa sobre el
sentido de vivir. Un brillante y alentador debut de Hofmann, lleno de signos y
múltiples niveles de lectura. Grandiosa.
La caza
Jagten. Thomas Vinterberg.
Dinamarca 2012
Un
Vinterberg contenido manejando con sobriedad una historia dura, incómoda,
frustrante y una actuación memorable de Mads Mikkelsen -tal vez de los mejores
histriones en activo- alojan como resultado una obra memorable, de esas que se
guardan en el apartado del cine que duele, que recordaremos como genial pero
quien sabe si nos atrevamos a volver a ver.
La gran belleza
La grande bellezza.
Paolo Sorrentino, Italia-Francia 2013
Descubrí
el cine de Sorrentino por El Divo (Il
Divo: La spettacolare vita di Giulio Andreotti, 2008) y ahí caí rendido. Una
dirección majestuosa aunada a la impactante actuación de Toni Servillo me
hicieron el año. Cuando supe de esta nueva colaboración de ambos la busqué de
manera incansable hasta dar con ella y el resultado es que se trata de mi
favorita del año. Elegante y a un tiempo extravagante. Muchos críticos señalan
que en este filme se muestra vivo el legado de Fellini y es cierto. De
Mastroianni también, agregaría yo.
Paraíso (trilogía)
Paradies:
Liebe, 2012. Paradies: Glaube, 2012. Paradies: Hoffnung, 2013. Ulrich Seidl.
Austria-Alemania-Francia
La
plena madurez fílmica de Seidl. Todo transcurre en un verano. Todo en secuencias
donde lo raro es que se mueva la cámara, todo con tres protagonistas cuyo
paraíso amoroso es diametralmente opuesto a lo que profesan, tres mujeres de
una familia imposibilitadas por diversas razones pero sobre todo por sus
propios traumas emocionales para conseguir lo que buscan, ya sea el amor carnal
(Paraiso: amor), el amor a dios (Paraíso: fe) o el despertar sexual (Paraíso:
esperanza), en cada una de las partes, prácticamente desvinculadas entre sí,
podemos observar un análisis profundo del alma, de las frustraciones que nos
impone la propia sociedad en que nos desarrollamos pero sobre todo una mirada
compasiva ante las circunstancias de las protagonistas.
Piedad
Pietà. Kim Ki
Duk, Corea del Sur 2013
Lo
volvió a hacer. En su 18° filme Kim Ki Duk nos vuelve a llevar con maestría a
los límites del ser humano. No puede haber empatía por ninguno de los dos
protagonistas y aun así nos mantenemos pegados a la pantalla para tratar de
descubrir hacia donde los llevará el destino, sabemos de antemano que no será a
ningún buen lugar.
Sólo dios
perdona
Only God
Forgives. Nicolas Winding Refn. Dinamarca-Francia-Tailandia, 2013
Todos
huyeron asustados en Cannes por la violencia mostrada en pantalla y acabaron con
la película en sus críticas en la muestra de hipocresía más absurda del año. Los
valores cinematográficos de la cinta se encuentran sustentados, si, en la
violencia, pero toda la filmografía de Winding Refn ha sido una búsqueda de
perfeccionamiento en ese sentido, sus debilidades son las menos, la
contundencia de su estética, incuestionable.
Titanes del
pacífico
Pacific Rim. Guillermo
del Toro, USA 2013
Por
favor llamen a James Cameron, Michael Bay y farsantes similares y conexos para
que vean CÓMO se hace una película de entretenimiento con calidad, con un guión
bien estructurado, personajes verosímiles y sin dejar en riesgo de bancarrota a
su compañía productora. La película palomera del año, al niño del Toro le
dieron las llaves de la juguetería y armó un coctel poderoso, visualmente
impactante.
Tyrannosaur
Paddy Considine.
UK 2011
Desafortunadamente
no ha sido estrenada en México, yo la encontré por casualidad y me parece una
obra contundente, una historia profunda sobre la relación de un alcohólico
violento y una mujer religiosa realizada con profundidad y sin inclinaciones
moralistas, a la manera naturalista se trata de una estampa de la vida
cotidiana como podría suceder en cualquier lado. Deben buscarla de inmediato.
Y
como siempre los remordimientos por dejar cintas fuera me llevan a las
menciones honoríficas, que en este caso corresponden a Quebranto, de Roberto
Fiesco; Mama, de Andrés Muschietti; To the wonder, de Terrence Malik y UpstreamColor, de Shane Carruth