lunes, 30 de diciembre de 2013

Mis favoritas de 2013


Cada año uno espera encontrarse con películas mejores que las del anterior pero no siempre sucede, el cine es volátil y voluble, podemos ver que en algún momento hay un país que se destaca y al siguiente vuelve a perderse, lo mismo que directores de quienes esperamos buenas piezas y no resulta como deseáramos. 2013 no fue la excepción, en términos generales me gustó menos que 2012 y también me pesa que no pude ver tanto cine mexicano como me hubiera gustado, más con el buen estado por el que pasa ahora, en fin. En este año me resultó más sencillo encontrar diez para poner en la lista, que son las siguientes (en orden alfabético):

Buscando a Sugar Man
Searching for Sugar Man. Malik Bendjelloul. Suecia-UK, 2013
Una historia fascinante; por encima de The act of killing -que no termina de convencerme como documental y lo veo más como ficción- este me parece la historia mejor explorada del 2013 por todo lo que envuelve: un desconocido cantante folk graba un par de discos en los años 60 en USA que de alguna manera llegan a Sudáfrica y sus canciones se vuelven himnos en la lucha contra el apartheid. Años después será redescubierto en el país por el que sin ser consciente tanto hizo. Imprescindible.

Gravedad
Gravity. Alfonso Cuarón, USA 2013
La experimentación con el cine en 3D comienza a rendir frutos desde su perspectiva artística, es cierto que no se trata de una obra acabada ni de una pieza de arte total, pero Gravedad será recordada como una de las pioneras en el aprovechamiento general de las herramientas que brinda la tercera dimensión. Grande en su sencillez, con todo y tener a Sandra Bullock como protagonista.

Halley
Sebastian Hofmann. México 2012
Mi película mexicana favorita del año. Contrario a la pesada loza intelectualoide de Heli y esa tendencia (fallida) de trasgredir la estructura aristotélica que es el mal común del cine nacional actual, Halley es precisa y contundente en sus planos largos, fueras de foco, escenas en apariencia inútiles, además de una fábula maravillosa sobre el sentido de vivir. Un brillante y alentador debut de Hofmann, lleno de signos y múltiples niveles de lectura. Grandiosa.

La caza
Jagten. Thomas Vinterberg. Dinamarca 2012
Un Vinterberg contenido manejando con sobriedad una historia dura, incómoda, frustrante y una actuación memorable de Mads Mikkelsen -tal vez de los mejores histriones en activo- alojan como resultado una obra memorable, de esas que se guardan en el apartado del cine que duele, que recordaremos como genial pero quien sabe si nos atrevamos a volver a ver.

La gran belleza
La grande bellezza. Paolo Sorrentino, Italia-Francia 2013
Descubrí el cine de Sorrentino por El Divo (Il Divo: La spettacolare vita di Giulio Andreotti, 2008) y ahí caí rendido. Una dirección majestuosa aunada a la impactante actuación de Toni Servillo me hicieron el año. Cuando supe de esta nueva colaboración de ambos la busqué de manera incansable hasta dar con ella y el resultado es que se trata de mi favorita del año. Elegante y a un tiempo extravagante. Muchos críticos señalan que en este filme se muestra vivo el legado de Fellini y es cierto. De Mastroianni también, agregaría yo.

Paraíso (trilogía)
Paradies: Liebe, 2012. Paradies: Glaube, 2012. Paradies: Hoffnung, 2013. Ulrich Seidl. Austria-Alemania-Francia
La plena madurez fílmica de Seidl. Todo transcurre en un verano. Todo en secuencias donde lo raro es que se mueva la cámara, todo con tres protagonistas cuyo paraíso amoroso es diametralmente opuesto a lo que profesan, tres mujeres de una familia imposibilitadas por diversas razones pero sobre todo por sus propios traumas emocionales para conseguir lo que buscan, ya sea el amor carnal (Paraiso: amor), el amor a dios (Paraíso: fe) o el despertar sexual (Paraíso: esperanza), en cada una de las partes, prácticamente desvinculadas entre sí, podemos observar un análisis profundo del alma, de las frustraciones que nos impone la propia sociedad en que nos desarrollamos pero sobre todo una mirada compasiva ante las circunstancias de las protagonistas.



Piedad
Pietà. Kim Ki Duk, Corea del Sur 2013
Lo volvió a hacer. En su 18° filme Kim Ki Duk nos vuelve a llevar con maestría a los límites del ser humano. No puede haber empatía por ninguno de los dos protagonistas y aun así nos mantenemos pegados a la pantalla para tratar de descubrir hacia donde los llevará el destino, sabemos de antemano que no será a ningún buen lugar.

Sólo dios perdona
Only God Forgives. Nicolas Winding Refn. Dinamarca-Francia-Tailandia, 2013
Todos huyeron asustados en Cannes por la violencia mostrada en pantalla y acabaron con la película en sus críticas en la muestra de hipocresía más absurda del año. Los valores cinematográficos de la cinta se encuentran sustentados, si, en la violencia, pero toda la filmografía de Winding Refn ha sido una búsqueda de perfeccionamiento en ese sentido, sus debilidades son las menos, la contundencia de su estética, incuestionable.

Titanes del pacífico
Pacific Rim. Guillermo del Toro, USA 2013
Por favor llamen a James Cameron, Michael Bay y farsantes similares y conexos para que vean CÓMO se hace una película de entretenimiento con calidad, con un guión bien estructurado, personajes verosímiles y sin dejar en riesgo de bancarrota a su compañía productora. La película palomera del año, al niño del Toro le dieron las llaves de la juguetería y armó un coctel poderoso, visualmente impactante.

Tyrannosaur
Paddy Considine. UK 2011
Desafortunadamente no ha sido estrenada en México, yo la encontré por casualidad y me parece una obra contundente, una historia profunda sobre la relación de un alcohólico violento y una mujer religiosa realizada con profundidad y sin inclinaciones moralistas, a la manera naturalista se trata de una estampa de la vida cotidiana como podría suceder en cualquier lado. Deben buscarla de inmediato.


Y como siempre los remordimientos por dejar cintas fuera me llevan a las menciones honoríficas, que en este caso corresponden a Quebranto, de Roberto Fiesco; Mama, de Andrés Muschietti; To the wonder, de Terrence Malik y UpstreamColor, de Shane Carruth  

lunes, 23 de diciembre de 2013

2013, las decepciones


Regularmente evito muchas películas, manejo mi vida por la máxima de so many movies, so little time, de manera que me ahorro aquellas de las que de antemano sé que me arrepentiré de haber visto.  Sin embargo siempre termino viendo algunas de las cuales esperaba más y me decepcionaron. Este año fueron muchas. Lástima; pero presento aquí las que de plano creo deben ser borradas de la historia del cine. (Ya, me faltó Star Trek, into darkness, pero esa mugre no califica ni como película, igual que la de Derbéz)
La vida de Adéle (La vie d’Adèle. Abdellatif Kechiche, Francia-Bélgica-España, 2013)
Si, la lista la encabeza nada menos que la ganadora de la Palma de oro 2013 en Cannes, el festival de cine más privilegiado del mundo. Lo malo de hacer una película grandiosa es que a la siguiente el espectador espera el mismo nivel y los jurados en los festivales tienden a ser condescendientes. Eso le pasó a Kechiche con esta fábula aburrida del despertar sexual de una adolescente; luego de la grandiosa Venus negra y con sus antecedentes yo esperaba de la ganadora en Cannes algo excepcional y me encontré con un capítulo hardocre de RBD. Película engañabobos, intrascendente.
Posesión infernal (Evil dead. Fede Álvarez, USA 2013)
Vil basura gringa innecesaria espantamensos apantallafaroles
El conjuro (The conjuring. James Wan, USA 2013)
Vil basura gringa innecesaria espantamensos apantallafaroles
Oldboy (Spike Lee, USA 2013)
Vil basura gringa innecesaria espantamensos apantallafaroles. Ah caray, esta no es de “horror”. Bueno, valen los términos por lo pobre, torpe y malhecha de película que es.
El hobbit: La desolación de Smaug (The hobbit, the desolation of Smaug. Peter Jackson, USA-Nueva Zelanda 2013)
Ya estuvo bien de hobbits. Ese libro de ninguna manera alcanzaba para tres películas de tres horas y creo que Jackson se vendió definitivamente. Sí, es entretenida pero completamente prescindible, descendió al nivel de porquerías como Percy Jackson, Narnia, Titanic y bodrios similares.
La tienda de los suicidas (Le magasin des suicides. Patrice Leconte, Francia-Canadá-Bélgica 2013)
Esta es la que más me duele como decepción, amo el cine de Leconte y es de los cineastas que más me han marcado, pero debo decir que su exploración por el cine de animación es fallido. Ojalá pronto reencuentre el camino.
Caníbal (Manuel Martín Cuenca, España-Rumania-Rusia-Francia 2013)
La mencionan como candidata al Goya como mejor película y a mí me parece débil, absurda, mal abordada. En fin
Heli (Amat Escalante, México 2013)
Cierro las decepciones con la ganadora del premio a mejor director en el festival de Cannes. En Sangre (2005), ópera prima de Amat Escalante, vi algunas virtudes que se potenciaron con Los bastardos (2008) y desaparecieron en Heli. No entiendo su éxito porque es simple, parca, inacabada. Ok, los defensores dirán que esas son sus virtudes, pero el cine es magia y cuando esta no sucede no hay manera de defenderlo. Heli no es nada, una mirada simplona a la violencia que actualmente se vive en México, pero no aporta nada, se queda a medio término entre la denuncia y la dejadez. Nada.


domingo, 7 de abril de 2013

El despertar del diablo



 
Era una noche en verano, eso lo recuerdo porque regresamos a casa caminando y aunque no hacía frío en absoluto las calles del centro estaban solas y eso dificultó el camino, no lo decíamos pero en nuestro interior el miedo estaba royéndonos las tripas, nos despedimos al llegar a la cuadra y esa noche tuve pesadillas. Por primera vez. La semana siguiente serían constantes. Me enamoré de Evil Dead.
En aquel entonces mi incipiente amor por el séptimo arte ya me había dado suficientes herramientas para burlar la edad permitida para entrar al cine de acuerdo a la clasificación de las películas y de cualquier manera el siempre somnoliento boletero del Cine Avenida Vistarama no ponía mucha atención en que dos mocosos años entraran a ver una función doble que incluía también a El Anticristo (L’anticrist, Alberto Di Martino 1974). El año se me pierde, recuerdo que la cinta estelar era El anticristo, es decir que se trataba de un reestreno y si Evil Dead abrió en México a finales del 82 probablemente la haya visto en el 86, a los 13 o 14 años, en una edad y una época en que esas cosas marcaban y la obra de Raimi así lo hizo, su violencia primitiva me clavó en el asiento y una fascinación morbosa quedó en el asco que me daban los asquerosos fluidos que brotaban de los poseídos. En aquel tiempo era un receptor acrítico y la fascinación viene por ello del impacto directo que tuvieron en mí las escenas más terribles que había visto a la fecha, la idea de la maldad como entidad latente e inescapable, de la vulnerabilidad del cuerpo y alma humanos me llevaron a conocer y sentir el terror primigenio y me convirtieron en fanático eterno del cine de horror, todo se lo debo a Raimi (ok, ya había visto antes en tv El hombre elefante de Lynch, pero eso despertó otra clase de miedo –y compasión-).
Al paso de los años he mantenido copias de la cinta conmigo -fue de las primeras que tuve en el lejano tiempo en que conseguir películas era un logro-, aún la conservo en Beta y VHS y debo asegurar que las prefiero a la versión remasterizada porque aquellas conservan mejor una mala calidad de imagen que lleva a imaginar que las cosas que suceden en pantalla son un grado de malignidad más allá de lo que la claridad de la última permite ver.
Más tarde entendí y asimilé la estética de la obra y comprendí lo que el talento y un presupuesto bajo pueden hacer por encima de la parafernalia pero eso es un análisis de poco romance y romance es lo que principalmente tengo con esta película que veo de tanto en tanto con fervor y de la cual sigo cuanto aparezca, en ese sentido he disfrutado poco los videojuegos, luego las figuras de acción, el musical de Broadway y la versión de Bollywood, todos ellos en el espíritu del homenaje. Y por lo mismo escribo ahora, por la reticencia y desconfianza que me produce un remake que en primera instancia me parece tan innecesario como reescribir una novela, como un escudo a la memoria y una cura en salud ante lo que nos espera pronto en pantalla, nada especial de acuerdo con el tráiler y las primeras críticas.
¿Qué llevó a Raimi a permitir que rehicieran su obra maestra? No lo sé, lo mismo que lo llevó a hacer Spiderman 3, supongo. Esperemos el resultado del refrito y ojalá este no lleve a tomar acciones como las de los fans de Star Wars contra Lucas.

Les dejo la versión de Bollywood


 Un poco del musical en su versión española


Y el trailer original



El despertar del diablo (Evill Dead)
Dir. Sam Raimi
USA, 1981
Guión: Sam Raimi
Música: Joseph LoDuca
Fotografía: Tom Philo
Edición: Edna Ruth Paul
Maquillaje: Tom Sullivan








lunes, 1 de abril de 2013

30 años de IMCINE (y II)

1999. Crónica de un desayuno (Benjamín Cann)
Estridente es la palabra que la describiría mejor, si se hubiese editado con media hora menos seguro habría hecho una mejor película.



2000. Perfume de violetas (Maryse Sistach)
La tradición del tremendismo aparece de vez en cuando para darnos historias conmovedoras y esta es una de ellas, la dupla Sistach-Buil funciona aquí de una manera precisa.


2001. En este año IMCINE produjo 7 largometrajes de los cuales ninguno me parece de calidad suficiente para ser recordado (El crímen del padre Amaro; Ciudades oscuras; Alex Lora, esclavo del rock; ¿De qué lado estás? (Francisca); El misterio del Trinidad; La virgen de la lujuria y Vivir mata). Todas ellas tienen secuencias agradables pero no suficientes.

2002.  Japón (Carlos Reygadas)
El debut de Reygadas, quien se proclama orgulloso rechazado de las escuelas de cine, es memorable ya sea para bien o para mal, es una película sumamente interesante.



2003. Temporada de patos (Fernando Eimbcke)
En su momento le llamé garbanzo de a libra y por fortuna con el tiempo ya no lo es. Lo que sigue siendo es una película extraordinaria y agradecible para ver una y otra vez.



2003. La canción del pulque (Everardo González)
Elijo dos películas para este año porque es lo justo. El documental mexicano vive una era dorada y Everardo es uno de los más talentosos que tenemos, desde esta, su ópera prima, ha trazado una línea alta que afortunadamente muchos pueden competirle.



2004. El mago (Jaime Aparicio)
Una ópera prima prometedora que desafortunadamente no ha tenido secuela, Aparicio debe volver a filmar



2005. El violín (Francisco Vargas)
Aparte de buena cinta, destaca por las acciones que emprendió el equipo de producción para promocionarla y distribuirla por cuenta propia, siguiendo el espíritu guerrillero de la trama



2006.Cochochi (Laura Amelia Guzmán, Israel Cárdenas)
Hermosa, esa es la palabra para describir esta película.



2007. Voy a explotar (Gerardo naranjo)
El siglo XXI nos ha traido un tiempo afortunado, una cantidad cada vez mayor de cineastas talentosos y Naranjo es uno de los que me parecen con mayores virtudes. Voy a explotar no hace sino incrementar las virtudes de si ópera prima Drama/Mex



2008. Los bastardos (Amat Escalante)
Igual que Naranjo, Amat Escalante pule su estilo en su segunda cinta, con una historia dura, violenta y al mismo tiempo contenida espacio temporalmente con el toque de un cineasta pulido.



2009. Desierto adentro (Rodriglo Plá)
Pese a todo la provincia no ha dejado de ser tema en el cine mexicano reciente y Desierto adentro nos muestra -como antes hizo Ignacio Ortiz con Cuento de hadas para dormir cocodrilos- que es tierra fértil para la magia y las buenas cintas. Una imprescindible.


2010. Año bisiesto (Michael Rowe)
Obviemos las películas producidas por el Estado por la celebración del bicentenario y centenario este año, si quieren comprobar que el cine mexicano puede competir con cualquiera en el mundo este es un buen ejemplo



2011. Días de gracia (Everardo Gout)
La tan llevada y traída estética de la violencia se pone en un nivel que no había visto en México en esta obra de Gout, marcada por aciertos estilísticos y formales que no por ello hacen ver como algo menor el estudio sobre el estado de las cosas en este país dominado por la corrupción y las pasiones futboleras


2012. Asalto al cine (Iria Gómez) 
La emblemática colonia Guerrero es el marco para esta película genial, no-actores que con una directora principiante consiguen una gran película y de paso los 10 minutos de suspense mexicano mejor logrados desde hace décadas.



lunes, 25 de marzo de 2013

30 años de IMCINE (I)



Treinta años de una institución oficial orientada al fomento del cine nacional por supuesto que es algo que debe celebrarse, la labor de IMCINE con sus altibajos ha sido esencial para la preservación de la cinematografía de nuestro país. Con motivo de esta celebración va un pequeño homenaje recordando algunas de las cintas que han producido a lo largo de su historia.

1983. El corazón de la noche (Jaime Humberto Hermosillo)
Producida por CONACINE, antecedente de IMCINE, es una gran película de Hermosillo con pasiones febriles e irracionales, sociedades secretas, automutilación y encima de ello, el trabajo de fotografía del maestro Gabriel Figueroa.


1984. Vidas errantes (Juan Antonio de la Riva)
De la Riva consigue una cinta entrañable sobre el cine mismo con la historia de dos personajes trashumantes que van exhibiendo cpelículas de pueblo en pueblo. Ganadora del Festival de San Sebastián.


1985. Veneno para las hadas (Carlos Enrique Taboada) 
La culminación de la gran tetralogía de horror de Taboada con una fábula macabra que se ha vuelto motivo de culto.


1986. Lo que importa es vivir (Luis Alcoriza)
De mis favoritas personales en su calidad de melodrama que nunca llega al exceso y en todo momento destaca por un timing muy preciso y actuaciones sumamente logradas por parte de los protagonistas.



1987. Mariana Mariana (Alberto Isaac)
El maestro Alberto Isaac, primer director de IMCINE hace esta adaptación a una de las mejores novelas mexicanas de todos los tiempos, Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, el resultado es un tanto disparejo y aun así memorable. 


1988. El secreto de Romelia (Busi Cortés)
Otra adaptación, en este caso a El viudo Román, de Rosario Castellanos, con el que la talentosa Busi Cortés realiza un poderoso relato sobre la femeneidad, el costumbrismo y las transformaciones tanto de personas como de lugares y situaciones.


1989. Lola (María Novaro)
El talento inagotable de María Novaro en una de sus mejores películas y para mejores señas, su ópera prima


1990. Sólo con tu pareja (Alfonso Cuarón)
El inicio de la última década del siglo XX trajo consigo una oleada de buenas películas y directores con ideas frescas, de este año datan otras obras relevantes como La mujer de Benjamín (Carlos Carrera) y Cabeza de Vaca (Nicolás Echeverría). Sólo con tu pareja además es iniciadora de un eje temático que luego sería utilizado hasta el cansancio, la clase media-alta capitalina en crisis sentimental.

 
1991. Cronos (Guillermo del Toro)
El alicaído cine de horror mexicano obtuvo con esta una de sus joyas más preciadas y sentó precedente para la migración de talentos de nuestra cinematografía. Por fortuna en esa época no estaba en apogeo la nefasta costumbre de los re makes hollywoodenses y nos quedamos en solitario con una gran película para el currículum de la nación.


1992.  Los vuelcos del corazón (Mitl Valdés)
Una exploración al comunismo en el México de los años 40, un tanto irregular pero interesante a fin de cuentas


1993. Fresa y chocolate (Tomás Gutiérrez Alea Y Juan Carlos Tabio)
Co producción con Cuba y España dirigida por el genial Gutiérrez Alea, grande por donde se le vea, un acierto pese a las quejas sobre el apoyo económico hacia otros países


1994.  El héroe (Carlos Carrera)
También en el cortometraje hace aire y así lo demostró Carlos Carrera al obtener nada menos que la Palma de Oro en Cannes con un trabajo impecable y que sigue fresco a la distancia de los años. 


1995. Bajo California, el límite del tiempo (Carlos Bolado)
Elviaje introspectivo y expiatorio de un artista plástico sirve para que Bolado cree una película que seguramente se encuentra ya en lo mejor que el cine ha dado en nuestro país.


1996. Profundo Carmesí (Arturo Ripstein)
Ripstein en uno de sus mejores momentos, al grado que fue merecedor de la Osella de oro por escenografía, guión y música en la Mostra de Venecia. Imperdible.


1997. Del olvido al no me acuerdo (Juan Carlos Rulfo) 
El año del desastre. Sólo 9 películas fueron producidas y de ellas 7 apoyadas por el estado. En medio de esa crisis Rulfo extiende el ejercicio estilístico de El abuelo Cheno (superior en todos sentidos) con esta cinta que fue nominada como mejor película extranjera en los Goya


1998. La ley de Herodes (Luis Estrada)
Estrada da inicio a su trilogía sobre la putrefacción del sistema mexicano con un humor doloroso, una comedia que lleva a la reflexión y a la indignación