lunes, 14 de enero de 2019

El cine de 2018. Lo mejor que vi.



Como cada año, ordenadas alfabéticamente y no por preferencias (pero en la portada hay una clave para que sepan cuál fue mi favorita)

Caras y lugares
(Visages, Villages) Agnès Varda, J R. Francia, 2017
En las películas road trip, generalmente el viaje es tanto espiritual como físico y genera un cambio en los personajes; en este documental, la decana de la Nouvelle Vague, Agnès Varda y el fotógrafo J R son quienes generan el cambio en los rostros y lugares que visitan. La aparente sencillez de su narrativa facilita el acercamiento del espectador con los sucesos y las charlas sostenidas por los directores y protagonistas; a sus 89 años, Varda muestra una vitalidad y un sentido del cine que muchos jóvenes quisieran.


Desenterrando Sad Hill
(Sad Hill Unearthed) Guillermo de Oliveira. España, 2018
Tanto amor al cine como hace mucho tiempo no se veía. Un grupo de amigos se lanza a la aventura de desenterrar la locación en el Valle de Mirandilla donde se construyó el panteón en el cual se desarrolla la emblemática secuencia final de El Bueno, el Malo y el Feo, de Sergio Leone. Lo que parece un despropósito termina volviéndose una historia en la cual todos los involucrados, incluidos nosotros como espectadores, nos volcamos amorosamente en la inconmensurable magia del cine.

El hilo invisible
(Phantom Thread) Paul Thomas Anderson. USA-UK, 2017
Si algo no se puede decir de Paul Thomas Anderson, es que sea un cineasta convencional. En El hilo fantasma parece ser otro manteniendo su propio estilo, hay variantes sutiles que lo mantienen como un artista totalmente contemporáneo con fuertes raíces clásicas y lo hace con abierta elegancia, con un tempo tan pausado y severo como la propia personalidad de Reynolds Woodcock, el adusto modista genialmente interpretado (lo cual no es novedad) por Daniel Day-Lewis.

Isla de perros
(Isle of Dogs) Wes Anderson. Alemania-USA, 2018
Hipnótica como todo el cine de Wes Anderson, su segundo largometraje de animación se encuentra definitivamente entre sus mejores películas. Una serie de personajes estoicos cuentan la gran historia del vínculo perro-humano (Isle of dogs se pronuncia algo así como Ai’l of dogs: I love dogs). Tiene un casting increíble -que no del todo aprovechado- y más personajes memorables de los que pudieran tener juntos 10 melodramas. No me tiró a aullar a la luna como con Moonrise Kingdom o The Royal Tenenbaums, pero se acerca (tal vez mi juicio esté sesgado por las condiciones en que la vi, pero aún así no se le quita lo maravilloso).

La balada de Buster Scruggs
(The Ballad of Buster Scruggs) Ethan y Joel Coen. USA, 2018
Otro western este año (Ok, Desenterrando Sad Hill no lo es estrictamente, pero sí lo es y a quien quiera lo platicamos con detenimiento) y eso es algo digno de celebrarse, máxime cuando los hermanos Coen deciden recorrer las múltiples variantes del género con una imagen inicial que recorre el emblemático Monument Valley para desplegar seis historias en las cuales los hermanos homenajean y reconstruyen los sub géneros con total conocimiento de causa y en congruencia con los mismos.

La forma del agua
(The Shape of Water) Guillermo del Toro. USA, 2017
La película que justamente disparó a Guillermo del Toro a los cuernos de la luna. No es a mi gusto su mejor trabajo, pero sí el más pulido, cuidado, emblemático y perdurable, creo que pese a Roma, de Cuarón, esta debe quedar como la gran película (Hasta este momento) de “Los tres amigos”. Las posibilidades de interpretarla son prácticamente inabarcables, eso muy pocos directores lo han logrado.

La muerte de Stalin
(The Death of Stalin) Armando Ianucci. UK-Francia, 2017
Enorme farsa, la que es la película como género y la que cuenta la historia de la misma. Una parodia sobre el poder que le debe mucho a Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, pero también a la honestidad del cine de las regiones ex soviéticas o cercanas a ellas. Un muy divertido documento histórico.

Pesadilla en el infierno
(Incident in a Ghostland) Pascal Laugier. Francia-Canadá, 2018
La mejor película de horror en 18 años a la redonda. Y contando que Laugier dirigió en 2008 Martyrs y que el Extreme francés sea lo más interesante después del J-Horror. Me mantuvo nervioso, angustiado y con miedo hasta el final. La manera tan inteligente en la cual presenta la violencia gráfica y gratuita de su historia se compensa con creces con el profundo análisis del alma humana o la carencia de esta. Es una película para asustarse, analizar, asustarse, analizar y así en un bucle.

The disaster artist: Obra maestra
( The Disaster Artist) James Franco. USA, 2017
No sé, y la verdad me importa poco, la verdad detrás de las acusaciones en contra de Franco. Lo que es cierto es que en su afán de homenajear-burlarse de una película de culto, le salió otra película que se volverá de culto de a poco, ya lo verán.

Tres anuncios por un crimen
(Three Billboards Outside Ebbing, Missouri)
Obra maestra. Va a trascender en el tiempo. In Bruges y esta son las películas por las cuales va a ser recordado el director. Es es una obra significativa, dura, amarga ¿Quién puede cuestionarla?

Menciones honoríficas: Por apresurarme en mi lista de mejores películas mexicanas, omití dos joyas: Mente revólver, de Alejandro Ramírez Corona y Cría puercos, de Ehécatl García. En el ámbito internacional hay que mencionar el exitoso regreso de Spike Lee con Blackkklansman; Lady Bird, de Greta Gerwig y You were never really here, de Lynne Ramsay