lunes, 26 de octubre de 2009

Horror 09


Por segundo año, la Cineteca Alameda presenta un maratón dedicado al cine de horror, en esta ocasión agregando a la actividad una extensión del Festival Aurora, traído por iniciativa de Daguerrotipo A.C. El maratón contará con trasmisión en vivo a través de MagnéticaFM, que además van a tener Dj's en vivo y un concurso de disfraces.
Les dejo sinopsis y trailers de las cintas programadas para ambos días.

El Huésped (Gwoemul) Dir. Bong Joon-Ho Corea del Sur, 2006
Una de monstruos marinos con el sello del cine sudcoreano actual: la progresión total del género y una estética y guión sumamente depurados. En ratos atemorizante, en ratos incluso cómica, una gran cinta.


Veneno para las hadas Dir. Carlos Enrique Taboada. México, 1984
Ver reseña aquí, dentro de este mismo blog.


Rojo Profundo (Profondo rosso) Dir. Dario Argento. Italia
Argento en uno de sus momento más excelsos, historia muy lograda, la estética preciosista que le caracteriza como marco perfecto para generar una inquietud permanente a lo largo de la trama y la macabra aparición de un muñeco que muchos años después de haberla visto por primera vez sigue causándome fuerte estremecimiento.


La masacre de Texas (The Texas Chain Saw Massacre) Dir. Tobe Hopper. USA, 1974
Tomando como base el perfil homicida de Ed Gein y con un presupuesto bajísimo, Tobe Hopper consiguió hacer una de los filmes más shokeantes de toda la historia, una sinfonía cacofónica de sangre, gritos y sierras eléctricas que se ha convertido en piedra de toque del cine de horror desde su aparición.

sábado, 22 de agosto de 2009

Ponyo en el acantilado


Hayao Miyazaki se rehusa a dejar el camino de la animación tradicional por las nuevas tecnologías donde todo se procesa a través de una computadora. Y es una bendición, porque demuestra que el hecho de que se inventen nuevas maneras de hacer arte no implica que las tradicionales sean obsoletas y lo hace con creces, realizando historias maravillosas trazadas en buena medida por su propia mano mágica. Ponyo en el acantilado (traducción literal del título japonés), es otra demostración de por qué es el animador más importante vivo y uno de los mayores directores en la historia del cine en general.
Retomando de manera libre el cuento La Sirenita, de Hans Christian Andersen, Miyazaki nos cuenta la historia de un niño llamado Sosuke, quien encuentra en un acantilado a una pequeña pececita a la que llama Ponyo, se la lleva consigo ignorando que el padre de la pez, Fujimoto, es un poderoso ser del mar que irá tras de ella para llevarla de nuevo a casa, lo cual consigue tras varios intentos. Ponyo se rehúsa a permanecer en su hogar, pues se ha enamorado de Sosuke y planea volver a la tierra y convertirse en humana para poder estar junto al chico. La huida y transformación producen una gran tormenta que amenaza a la separación de la tierra, agua y cielo, pero al encontrar a la niña deciden ya no separarse más, con todo y que la permanencia de Ponyo en tierra pueda provocar grandes problemas en el equilibrio natural, lo cual sólo se resolverá si ambos aceptan una prueba que les plantea la madre de Ponyo, una Diosa del mar.
Entrañable desde los primeros cuadros, la película nos lleva a un mundo en el que la magia no es la constante, como en otras de sus obras, sino la excepción que irrumpe la vida del mundo real, de hecho se sitúa en un ambiente contemporáneo. Permanece, como señalaba al inicio, la maestría en la animación, en este caso con una textura de acuarelas y pasteles que nos hacen sentir como observadores de un extensísimo lienzo en movimiento, lleno de colorido, vivo; tal vez como propósito para acentuar la dirección hacia el público infantil más pequeño, aunque como escribió un crítico, la pueden disfrutar “niños de 3 a 100 años”.
Cuentan los rumores que tras el éxito internacional de El viaje de Chihiro, Ursula K. Le Guin accedió finalmente a otorgar el permiso para que Miyazaki realizara la adaptación de su serie de novelas fantásticas Terramar, algo que el maestro buscaba infructuosamente desde años atrás. Sin embargo ahora se encontraba ocupado en la realización de El increíble castillo vagabundo y la dirección de Cuentos de Terramar quedó en manos de Goro Miyazaki, su hijo, lo cual provocó una serie de fricciones que derivó en el enfriamiento de su relación.
Con base en lo anterior se afirma que Ponyo en el acantilado es un ofrecimiento de reconciliación de Miyazaki para con su hijo, el cual se ve reflejado a la edad de cinco años en el personaje de Sosuke. De ser cierto, creo que estamos ante una de las más hermosas muestras de amor paterno, pues la película es la manifestación más clara de la insuperable belleza de lo sencillo; de hecho la trama -contrario a lo que nos tiene acostumbrados el realizador- es plenamente lineal y no existe un conflicto complejo por resolver, sino que la historia va fluyendo a partir de secuencias con la manifiesta intención de motivarnos sensaciones placenteras, aunque no por ello deja de utilizar las acostumbradas multi referencias a mitos, leyendas y tradiciones tanto de su natal Japón como del resto del mundo. Igualmente se pueden dar muchos niveles de lectura en cuanto a la historia en sí o a la interrelación de los personajes y sus características propias, de manera que contrario a los detractores de esta película que la han tildado de inferior dentro de la filmografía del veterano animador, creo que estamos ante una de las más claras e inefables exhibiciones de un Dios de la animación, como justamente es considerado Hayao Miyazaki en su tierra, en la cual es tan profeta como en el resto del mundo.

Les dejo el trailer oficial en inglés (no se vayan con la finta, Disney quiere verse como realizadora, pero sólo distribuye)


Y la versión española, que contiene una de las canciones más horrorosas jamás escuchadas



Ponyo en el acantilado (Gake no ue no Ponyo)
Dir. y guión: Hayao Miyazaki, Japón, 2008
Música: Joe Hisaishi

domingo, 26 de abril de 2009

La noche de los muertos vivientes

Caminan en el mundo adueñándose de él, conquistando cada vez mayor terreno a pesar de que su nivel de raciocinio está seriamente trastornado. Sólo los mueve su deseo de carne fresca, se alimentan del miedo y su mejor estrategia para cazar es dejar que las propias presas, víctimas de sus errores e incapacidad para convivir, se presenten frente a ellos. No hay manera de detenerlos, cuando matas a uno surgen diez más. No hay futuro. Ellos son el futuro.
Si bien el cine de zombies surge en 1933 con White Zombie (La legión de los hombres sin alma, Víctor Halperin), es hasta 1968 cuando podemos afirmar que -como los entes que retrata- renace para apoderarse del planeta a través de un clásico atemporal: La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, que vino a marcar los derroteros de un subgénero que despierta pasiones merced a su inquietante concepto, aún y cuando el argumento en cada película realizada bajo esta línea es prácticamente una repetición del planteado originalmente por Romero.
La noche de los muertos vivientes narra la historia de un grupo de personas que de pronto se encuentran acosadas por un ejército de muertos vivientes que en una oscura noche comienzan a pulular en un pueblo de Pittsburg, obligándolos a interactuar para escapar de la amenaza, aunque en el camino se topan aparte de la amenaza sobrenatural, con la quizá peor amenaza del egoísmo y mezquindad humana.
El punto central es que se trata de una película que amén de generar una extensa serie de secuelas y reinterpretaciones, concentra una riqueza simbólica y metafórica que magnifica el acto de entretenimiento para llevarlo al plano de la reflexión, el propio director así lo ha confirmado al declarar que el terreno de la fantasía es propicio para elaborar metáforas tras las cuales se expresa una crítica social.
En el campo del horror la película innova en varios sentidos. En primera instancia recurre a una línea usada anteriormente en este género, que es la presencia del mal sin explicación alguna, sólo que en esta ocasión no se puede dejar de pensar que la raíz del peligro ha germinado desde las propias víctimas. Es notable además el recurso de la violencia gráfica, que anteriormente sólo se sugería; aquí vemos claramente a los zombies devorando a sus víctimas, lo cual inspiraría pronto a los primeros autores de gore. Por otra parte, la decisión del director para filmar a blanco y negro resalta el efecto terrorífico, pues probablemente si se hubiera realizado a color, con los efectos especiales disponibles entonces, hubiera dado como resultado algo mucho menos horrorizante.
Retornando a la parte social, Romero introduce como personaje principal a un actor negro, lo que resulta destacable en un momento en que el racismo era más generalizado en USA. El director ha negado que el haber hecho esta elección forme parte de la crítica social de la película, pero cabe destacar que en las secuelas posteriores los personajes de color han tenido siempre papeles principales.
Pese a las ya casi incontables producciones en torno a los zombies que se han realizado a partir de La noche, la obra de Romero sigue siendo considerada como la rectora de este subgénero. 10 años más tarde el director daría continuidad a la saga con El amanecer de los muertos, en la cual la plaga se ha extendido a lo largo de USA y la lucha por la supervivencia presenta menos esperanzas.
Una tercera parte El día de los muertos, de 1985, se ganaría la desaprobación de muchos fans pese a ser una película de bajo costo con una realización admirable, además que explora cuestiones antes no presentadas, como el temor de los protagonistas a ser los últimos humanos vivientes en el planeta y un elemento nuevamente revolucionario, la posibilidad de que los muertos vivientes tengan capacidad de raciocinio. En 2005 continúa explorando esta posibilidad en La tierra de los muertos, donde ya los zombies, han formado una sociedad primitiva. Finalmente, en 2008 se estrenó en medio planeta, exceptuando México, El diario de los muertos, puesta al día del género por parte de su propio creador.
Curiosamente en el caso de La noche de los muertos vivientes no se podría hablar de actos de piratería, pues por negligencia del distribuidor original quedó como una obra de dominio público, por ende se pueden conseguir múltiples versiones de la misma en video y dvd, recomiendo ampliamente buscar la original y permitirse disfrutar con una obra maestra que nunca aparecerá dentro de las estiradas listas de las “100 mejores películas de la historia”, aunque lo merece más de muchas que son habituales en esos recuentos.

Les dejo el trailer

domingo, 19 de abril de 2009

Esto es Spinal Tap


En 1982, Marty Di Bergi se dio a la tarea de seguir a una de las bandas seminales de la historia del rock a lo largo de su gira por USA, sin imaginarse que construiría un documento esencial para entender al grupo y los motivos que lo llevaron a una desintegración temporal, amén de construir el mayor rockumental de la historia del cine: This Is Spinal Tap.

Con seguridad el párrafo anterior sólo pudo haber engañado a algunos cuantos despistados que no conocen la historia de esta cinta de culto que parodia en altos niveles los prolegómenos de una banda ficticia que, merced a la grandeza de la película, posteriormente se volvió una realidad a medias, editando discos y continuando con los videos tanto musicales como documentales. Pues bien, este año se cumplen 25 del lanzamiento de la película y con tal motivo recientemente se ha anunciado una gira mundial de un solo día, un concierto por el cual este bloguero mataría para conseguir boleto.

La influencia de Spinal Tap en el mundo del rock al día es tan inmensa que se ha vuelto una especie de código y definitivamente la cultura pop a partir de mediados de los años 80 está seriamente comprometida con la historia de esta película para la cual, según cuenta la leyenda, Rob Reiner recibió $10,000 dólares de adelanto para escribir el guión, mismos que utilizó para realizar un corto de 20 minutos de improvisación acerca de lo que sería la película terminada. Redunda decir que obtuvo el financiamiento.

Hay cientos de anécdotas para contar de Spinal Tap y por fortuna siguen creciendo, desde el nombre del “director” del documental, Marty Di Bergi, cuyo nombre es un homenaje combinado para Martin Scorsese; Brian de Palma; Steven Spielberg; Federico Fellini y Michelangelo Antonioni, de cada uno de los cuales, reitera decir, podemos encontrar referencias en la película. Harry Shearer, Derek Smalls en el filme, por su parte, es uno de los dobladores más recurrentes en Los Simpsons, serie en la cual Spinal Tap ofrece un concierto en el capítulo El show de Otto (yeah!), mismo que termina en un maremágnum digno de “la banda más ruidosa sobre la tierra”.

Incluso el fenómeno Guitar Hero ha homenajeado a la banda en su capítulo 2, donde se puede tocar el tema “Tonight I’m gonna rock you” y al final el baterista es víctima de combustión espontánea, clara referencia a los 32 bateristas muertos que han desfilado por la banda.

Señoras y señores, los invito a explorar –si es que no conocen- los intrincados caminos de la banda y sus múltiples referencias en Internet: aquí pueden checar el sitio oficial de la banda, acá su my space; el unwigged & unplugged con los miembros originales; los infaltables IMDB y Wikipedia, así como unos videos divertidísimos en You Tube donde Nigel Tufnel explica el origen de Stonehenge.

Criterion, como es costumbre, ha hecho una edición maravillosa de la película, aunque también pueden conseguirla por medio de la mula, sinceramente, les recomiendo la versión de Criterion (y no se pierdan el concierto)

¡QUE LOS DIOSES BENDIGAN A SPINAL TAP!

Los dejo con una de las más maravillosas escenas, donde Nigel, David y Derek recuerdan a sus bateristas muertos.



Y el trailer de Criterion







lunes, 6 de abril de 2009

Simón del desierto


-¿En qué piensas?

-En nada. ¿Cómo se llama este baile?

-Carne radioactiva. Es el último baile, el baile final. Es el baile final.

La última película realizada por Luis Buñuel en México resultó una joya de fina jocosidad herética en el que las reflexiones sobre la vacuidad del sacrificio expuestas en otras obras como Él (1953) y Nazarín (1959) son soterradas con tanta inteligencia como sentido del humor.

Simón, un estilita (ermitaños místicos que aparecieron a finales del siglo II y que, siguiendo el ejemplo de san Simeón, el iniciador de esta forma de penitencia, vivían sobre una columna elevada a la intemperie para conseguir el perfeccionamiento espiritual) que ha pasado seis años, seis meses y seis días en su columna, baja sólo para trasladarse a una nueva que le ha sido donada por un personaje rico al que ayudó a curarse. En su leve estancia en tierra aprovecha para devolverle las manos a un ladrón al que como castigo le habían sido mutiladas y para desprenderse de su madre, a la cual sin menor remordimiento le comunica que su misión espiritual está por encima de su cariño de hijo.

La relación de Simón para con el mundo es distante, da discursos y bendiciones y se erige como autoridad indiscutible. El diablo, encarnado en una hermosa mujer (Silvia Pinal) trata en repetidas ocasiones de tentarle, a lo que el ermitaño resiste bien por un tiempo, hasta que su propia mente lo empieza a traicionar y se da cuenta de la escasa diferencia que existe entre él y su ángel malvado, quien lo conduce finalmente a un infierno representado por un bar neoyorquino donde tocan música surf.

La claridad de los simbolismos de la cinta (aún perteneciendo al surrealismo) se manifiesta quizá por una intención del director para hablar sin tapujos; Simón, como todos los sacerdotes, se ha vuelto un megalómano que supone estar por encima de sus semejantes, en su caso de manera literal desde lo alto de una columna que efectivamente lo eleva de la estatura humana, pero de ninguna manera le acerca a dios; la severidad de su doctrina lo lleva incluso a deshacerse de algunos de sus adeptos, a uno lo entrampa para que confiese que ha cometido la bajeza de mirar a una mujer, mientras que a otro lo despide por estar excesivamente limpio. Como contraparte, dos personajes parecen ser los únicos aposentados en los terrenos de la realidad, un pastor enano que lleva a la repulsa por el inocente bestialismo que brota de tanto en tanto en sus palabras y… el propio diablo, que finalmente ve al asceta con una cierta compasión transformada en extraña complicidad.

Al parecer la historia de esta cinta se remonta a los años de estudio de Buñuel en Madrid, cuando García Lorca le acercó al libro La leyenda áurea de Jacobo de Vorágine, que lo impresionó sobremanera. Finalmente en 1964 logra levantar el proyecto apoyado por el productor Gustavo Alatriste, aunque la carencia de recursos suficientes por parte de este impidieron que la película cristalizara de la manera en que se había pensado originalmente, así se tuvo que desechar la idea de rodarla en latín con subtítulos en español con tipografía gótica y de que fuera un largometraje que en su segunda parte mostrara a Simón cayendo en las tentaciones carnales al regresar a su época tras el descenso a los infiernos. Como dato curioso destaca que al inicio se había considerado al cómico Manuel “Loco” Valdés para interpretar a Simón.

De esta manera, el ciclo de casi 20 años de Buñuel en México concluye con la trasgresión a una de las instituciones más fuertes del país, intocable casi en ese tiempo, la iglesia católica, que seguramente celebró la partida del autor a su país para que no siguiera por acá perturbando mentes. Por fortuna eso no sucedió.

La película, como casi todas las buenas cintas mexicanas, se puede encontrar editada en DVD en el extranjero, particularmente recomendable es la que presenta The Criterion Collection, como siempre muy cuidada y con extras interesantes.

También se consigue en eMule y en Youtube en versión extraída de la TV.


Simón del desierto

Dir. Luis Buñuel. México, 1964

Producción: Gustavo Alatriste

Guión: Luis Buñuel y Julio Alejandro, sobre una idea de Luis Buñuel

Fotografía: Gabriel Figueroa

Edición: Carlos Savage y Luis Buñuel (sin crédito)

Música: Raúl Lavista: "El himno de los peregrinos"; saetas y tambores de la Semana Santa en Calanda

Con: Claudio Brook (Simón); Silvia Pinal (El Diablo); Jesús Fernández (Pastor enano); Enrique Álvarez Félix (hermano Matías); Enrique García Álvarez (hermano Zenón); Luis Aceves Castañeda (Trifón)



lunes, 23 de febrero de 2009

El luchador

Rara vez un trailer muestra algo más que una serie de escenas editadas de manera trepidante y efectista destinada a impulsar al espectador a ver la película, que muchas veces resulta inferior al avance. Hace unos meses me encontré con el trailer de The Wrestler, al que llegué por el interés natural que despierta Darren Aronofski en sus fans, pero me encontré con algo más allá: dos minutos y medio de pietaje en el que una bestia enorme muestra un poco de la inmensidad de su altura, Mickey Rourke actuando mejor que como antes se había visto (lo cual ya es mucho decir). Presentí que un gran evento estaba por sacudir las pantallas.

En 1988, cuando me dedicaba a hacer trampas para colarme en los cines a ver películas para mayores de 18 años encontré una que me conmovió y asustó profundamente, Corazón Satánico (Angel Heart. Alan Parker, 1987), en buena medida por su atmósfera macabra, pero de manera principal por la angustiante interpretación de Rourke como el decadente detective Harry Angel, quien debe descender y atravesar un infierno más oscuro que el que su propia vida es para desentrañar un misterio de esos que deberían permanecer sin ser revelados. De inmediato me hice seguidor de ese actor que mostraba un aura ajena a lo que estamos acostumbrados a ver en el mundo.

El mismo año liga otra película exitosa, 9 ½ semanas, co protagonizada por Kim Basinger, un thriller erótico tan plano como exacerbado por el público y el buen Rourke se fue a los cuernos de la luna, sin embargo su nuevo status de sex symbol no fue una limitante para que entregara posiblemente su mejor actuación interpretando a Harry Chinaski, el eterno alter ego de Bukowski en la maravillosa Barfly, de Barbet Schroeder. Después de eso llegaron los excesos y “El Marielito”.

Dos deportes han sido motor en la vida de Rourke: el béisbol (el Mickey de su nombre artístico viene de Mickey Mantle, el legendario bateador ambidiestro de los Yankees de New York) y el boxeo, que siempre quiso practicar y que logró por fin hacer en 1991, a los 39 años, que es la edad en que los profesionales de este deporte ya están a punto del retiro. Los excesos personales, su propio carácter y las golpizas que se llevó haciendo de Marielito lo alejaron de las grandes luminarias y se convirtió así en una leyenda negra de la pantalla, su carrera se perdió en papeles menores, broncas con directores, actores y todo ser con vida que se le pusiera en frente hasta que en su segundo acercamiento, Robert Rodríguez lo colocó en su lugar como el gigante brutal Marv, en su excelente adaptación al comic Sin City, de Frank Miller. El paso estaba dado para ponerlo en la antesala del retorno triunfal.

Allá por 2006 Darren Aronofski, curado de espanto luego del problema que resultó el proceso de La fuente, su anterior película, se paró frente a los ejecutivos de la Universal con el proyecto de The Wrestler y peleó hasta convencerlos de que el rol de Randy The Ram Robinson debía ser interpretado por Mickey Rourke y no por Nicolas Cage, como pretendían. No hubo decisión más acertada.

Mickey Rourke, que estudió en el Actor´s Studio bajo la tutela de Sandra Seacat ofrece una actuación soberbia como un veterano luchador, en sus tiempos el máximo ídolo y ahora un apocado tipejo que vive en un trailer y trabaja en un supermercado. Él es su propio infierno. Pero un ataque al corazón le hace volver a las cosas importantes que ha dejado en el camino, su hija, el entristecido amor que comparte con una stripper (Marisa Tomei). Randy está decidido a volver por sus fueros, pero el camino de retorno será muy doloroso y tal vez no tenga destino. No quiero contar más, espero que vean la cinta y sientan la fuerza interpretativa de un actor que no le pide nada a Brando o Newmann, a la magistral presteza de un director que sabe manejar los sentimientos como un creador en el sentido amplio de la palabra.

Aún no he visto Milk, no se si la actuación del siempre preciso Sean Penn mereciera el Oscar, si es así, su interpretación debe ser algo increíble, la de Rourke es simplemente sublime.

Les dejo el trailer de la película, si no pueden (como yo) esperar hasta que las timoratas distribuidoras se decidan a correrla, pueden verla aquí.

Y para los que no hablan inglés, les dejo el trailer en español.

El Luchador

The Wrestler, USA/Francia, 2008

Dir. Darren Arnofski

Guión: Robert D. Siegel

Música: Clint Mansell

Fotografía: Maryse Alberti

Con: Mickey Rourke; Marisa Tomei; Evan Rachel Wood; Mark Margolis; Todd Barry

jueves, 5 de febrero de 2009

Santo en el tesoro de Drácula

Hay películas de las cuales estamos seguros que es imposible rescatar, que se han perdido para siempre por distintas circunstancias, tal vez el caso más famoso es el de London After Midnight (Todd Browning, 1927), aunque incluso de esta hay rumores de que existe bien resguardada una copia del original y eso crea la débil esperanza de que algún día veremos algo más que la reconstrucción a base de fotos fijas que conocemos hoy día. México no se queda atrás en el rubro de películas “perdidas” y el insuperable Santo, el Enmascarado de Plata tiene varias en su haber, siendo la principal Santo en el Tesoro de Drácula, donde el máximo superhéroe de estas tierras tiene que combatir no sólo al mismísimo Drácula escondido tras el simplón anagrama de Alucard, sino a todo su séquito de vampiras de senos al aire ¡Oh, si!
La leyenda de películas rodadas en versión doble –púdicas para el público mexicano, eróticas para su consumo internacional- es algo que no ha sido demostrado y es defendido incluso por instancias oficiales e historiadores de cine que sin embargo no han afirmado abiertamente haberlas visto o contar con alguna copia de las mismas, por mi parte me quedo con la versión de que efectivamente había un plan para realizar una segunda edición lúbrica pero no llegó más allá de las fotos fijas y diseño de carteles publicitarios; al menos hasta que no llegue a mis manos una de estas. Sí, como reza el lema “quiero creer” pero hasta ahora me quedo con la romántica idea de que esto alguna vez sucedió y nuestro héroe traspasó las fronteras del matineé familiar.
En esta aventura, realizada en 1968 por René Cardona Sr., Santo revela una nueva faceta como inventor, si bien ya se había visto muestras de su pericia como científico y dominio en tecnologías muy adelantadas a su época, en esta cinta de entrada nos enteramos que ha inventado una máquina para volver en el tiempo, la cual prueba con Luisa (Noelia Noel), hija de su amigo el doctor Sepúlveda, sólo para darse cuenta que al regresar en el tiempo la doncella es víctima de una extraña anemia que hace sospechar al profesor Van Roth (Fernando Mendoza) de que se trata de algo más allá, máxime que cerca de la casa de la joven vive el Conde Alucard, interpretado por Aldo Monti, quien junto con Germán Robles es uno de los vampiros más memorables de la cinematografía mexica. Hasta el fin de la primera parte, donde se consume la vampirización de Luisa, la película lleva un ritmo conciso que la vuelve hipnotizante –valga la referencia- hasta que Santo, decidido a mostrar la valía de su descubrimiento, toma de la cueva del villano un medallón que es media clave para conducir al tesoro a que hace referencia el título y a partir de ahí la trama se torna en la más clásica del cine fantástico de luchadores, es decir, peleas por doquier y un enfrentamiento entre el invencible Santo y el luchador Atlas para definir quien se queda con la totalidad de la clave, el mero mole de la máxima estrella del encordado de todos los tiempos pues.
Bastante ocioso resulta hablar de la valía artística del filme, Santo nos dio siempre lo que necesitábamos: un héroe nacional que sobrepasó los límites del comic y las películas para llenarnos de aliento y esperanza, uno que podíamos ir a ver a la arena en vivo y contemplar su magnificencia –la leyenda dice que Don Rodolfo Guzmán Huerta, el hombre tras la máscara, sólo perdió el 10 por ciento de las peleas que disputó en vida-, Santo es un ícono por antonomasia, tangible como cualquier prócer patrio y sin embargo superior por combatir contra maldades ultraterrenas, algo que ni nuestros santos laicos –Zapata, Villa, et al- pudieron darnos; es simplemente una figura mítica e irrepetible que se ha trasmitido no sólo a generaciones y generaciones de mexicanos, es una figura universal proclamada en todos los rincones del planeta. Así de sencillo y de complejo. El 5 de febrero se cumplen 25 años de su muerte física, apenas unos días después de que en el programa Contrapunto nos dejara ver su rostro, tal vez como una anticipación a su deceso; suceso que a la postre debo decir que me marcó de por vida. Por ello he elegido esta película -leyenda de la leyenda- a manera de ofrenda para un hombre que es en sí mismo leyenda, uno que nos ha dado mucho más que cualquier caudillo de nuestros tiempos: la capacidad de soñar que este mundo está a salvo gracias a un protector perceptible, alguien que puede ser nuestro vecino, alguien en quien podemos confiar.
Larga vida a Rodolfo Guzmán Huerta, Santo, el Enmascarado de Plata. Muestra de que los gigantes caminaron en la tierra.

Les dejo una escena de las que supuestamente en la versión para exportar se podía ver a las vampiras desnudas y



Otra en la que nuestro héroe desde su presente descubre la identidad del enemigo.

Y ya como pilón, la escena donde Santo muestra su rostro en Contrapunto.



Dir. René CardonaGuión: Alfredo Salazar
Fotografía: Raúl Martínez Solares
Edición: José W BustosMúsica: Sergio Guerrero CalderónCon: Santo, el Enmascarado de Plata (Rodolfo Guzmán Huerta); Aldo Monti; Noelia Noel; Alberto Rojas “el Caballo”.

domingo, 4 de enero de 2009

Mafalda

Para 1964 Joaquín Salvador Lavado, conocido desde su primera infancia como Quino, gozaba ya de cierta fama como historietista y en función de ello la agencia Agnes Publicidad le encomendó -de rebote, originalmente el trabajo era para Miguel Brascó- que realizara algunas historietas para la campaña de lanzamiento de una línea de electrodomésticos llamada Mansfield. La campaña finalmente no se llevó a cabo y las tiras quedaron guardadas en un cajón hasta que al año siguiente del semanario Primera Plana le pide una historieta y el 29 de septiembre se publican por primera ocasión las aventuras de Mafalda, personaje icónico del siglo XX y recuerdo entrañable para muchas generaciones.
El 25 de junio del 73 aparece la tira con la cual Quino se despide de la publicación de Mafalda, sin embargo se mantenía en ediciones en otros países, tanto como tira como compilada en libros y traducida a diversos idiomas. El hambre de los fans de la querida Mafalda era bastante, de manera que en Argentina empezaron a producirse algunos cortos basados en las tiras, que finalmente en 1981 fueron compilados para realizar un largometraje dirigido por Carlos D. Márquez, del cual no he encontrado mayor información o registro de su obra.
La película en sí no cuenta una historia como tal, pues como ya se dijo es una serie de animaciones de las tiras, aunque no por ello desmerece el espíritu de la historieta ni de la pequeña filósofa de lo cotidiano que es Mafalda, de quien alguna vez dijera Cortázar: “Lo importante no es lo que yo piense de Mafalda, sino lo que ella piense de mi”.
La película, que en el lejano tiempo del coleccionismo VHS era una de las joyas más complicadas de conseguir, se puede adquirir ahora con bastante facilidad en las tiendas de video, igual que en You Tube y algunos servidores de descarga, aunque lo más recomendable para disfrutarla a plenitud es tener la original.
En Todohistorietas hay un artículo muy bueno sobre la película y se pueden ver algunos fragmentos de la misma, así como de las animaciones posteriores que hiciera Juan Padrón, que son también estupendas. Para conocer o adentrarse más en el personaje, les recomiendo visitar El mundo de Mafalda, y obviamente hay que darse una buena zambullida en la web oficial del creador, el enorme Quino.
Y bien, les dejo la parte inicial de la cinta, que la disfruten.



Mafalda (La película). Argentina, 1979
Dir: Carlos Márquez
Música: Riz Ortolani
Producción: Daniel Mallo
Guión: Alberto Cabado
Reparto:Susana Klein (Mafalda)Cecilia Gispert (Guille y Felipe)Nelly Hering (Mamá)Oscar Silva (Papá)Paqui Balaguer (Manolito)Susana Sisto (Susanita)María del Pilar Lebrón Marta Olivan Haydeé Lesker