viernes, 21 de diciembre de 2018

Favoritas del cine mexicano 2018




Sólo por no dejar, debo señalar, como cada año, que esta lista se compone de lo que pude ver en la lejana y aislada tierra de San Luis Potosí, donde el cine mexicano es algo exótico. Y como siempre, ordenadas alfabéticamente, sin jerarquías.
Ana y Bruno
Una joya por donde quiera que se le vea; bueno, menos por la animación, que tiene sus fallas. Tras muchos años de espera, Carlos Carrera nos entrega una de las mejores cintas animadas de los últimos años, a la altura de otras obras internacionales de su especie, aunque con menor reconocimiento. El discurso sobre la locura y la muerte es algo sin precedentes para una película supuestamente infantil.

Distancias cortas
Ópera prima, que parece obra consumada, de Alejandro Guzmán para el hoy recortado y desconocido Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Realizada en 2015, apenas llegó a SLP por Rodando Film Festival y recién adquirió distribución para ser exhibida. La anécdota mínima de una persona con obesidad mórbida que revela un rollo de fotografía da para un película mexicana memorable, alentadora, bellísima, que mereciera una difusión mucho más extensa. Todo mundo debería poder disfrutarla.

La libertad del diablo
Tan dolorosa como necesaria. Everardo González  en su máxima expresión como documentalista y entrevistador, nos da el relato más crudo sobre la inútil guerra contra el narco desatada por el infame felipe calderón a través de la lacerante voz de víctimas y victimarios. Estrujante, difícil, hipnotizante, cruel, imprescindible, denle los calificativos que quieran.

La región salvaje
La película “más fácil de ver” de Amat Escalante es a la vez su pieza más completa, el subtexto de una historia sobrenatural es tan poderoso que incita a una reflexión profunda. O no, también se deja ver perfectamente bien sin pensarla.

Plaza de la soledad
El trabajo de Maya Goded con mujeres en situaciones complicadas de vida debe ser histórico en el país. Después de años de registro fotográfico se lanza a hacer un documental para dar voz a un grupo de mujeres que representan la vida de miles y lo hace con una naturalidad sorprendente y afable. Para pensar y comprender.

Roma
Se ha dicho tanto, que diré poco: sus valores estéticos y formales son incuestionables.
Eso sí; denle a Cuarón todos los premios a mejor vendedor de su película.


Sueño en otro idioma
Con todo y la controversia, es un filme mucho más que agradecible, con todo y sus fallas naif pretenciosas. Contreras es habilidoso para crear momentos memorables, aunque le falta hacer una película que sea así por completo.

domingo, 14 de enero de 2018

La forma del agua



El universo mágico de Guillermo del Toro no se esconde tras secretos. En cada nueva fábula podemos prever hacia donde si dirigen las cosas dentro su estilo. Su genialida radica en la manera en que nos envuelve y nos hace parte de las historias, la magnífica forma en que nos transporta; pero sobre todo, en su inmenso amor al cine, que en La forma del agua se muestra desbordado.
La décima película del cineasta jalisciense es ante todo un homenaje al cine que adora y como podemos ver no se limita al de terror con monstruos; es palpable tanto en lo obvio -Elisa vive sobre un cine- como en referencias abiertas y sutiles (¿agua "tarkovskiana"?), principalmente al cine clásico de Hollywood y los musicales (Ah, los bailes de Sally Hawkins, encantadores), aunque esto es apenas una parte de lo mucho de lo cual gusta y quisiera homenajear, como ha dicho en entrevistas.
La deconstrucción de La bella y la bestia y El monstruo de la laguna negra son apenas el punto de partida para abordar ampliamente uno de los temas centrales en la obra de del Toro: La soledad. Todos los personajes parecen no contar mas que consigo mismos; los vínculos afectivos parecen estar limitados a la comunicación elemental, incluso entre Elisa (una Sally Hawkins magistral) Giles (Richard Jenkins) y Zelda (Octavia Spencer), incapacitados entre sí para formar un grupo afectivo que dé plenitud a sus necesidades emocionales y sociales.
Una imposibilidad de conexión humana que el director opta por situar con acierto en plena guerra fría, cuando el reconocimiento de la otredad era casi inadmisible, había que temer y desconfiar de todos alrededor, curiosamente tal como sucede hoy mismo, cuando como sociedad nos estamos dividiendo nuevamente en pequeños bandos en los cuales no permea ninguna idea contraria, lo cual nos lleva a la soledad. Strickland (gran Michael Shannon) tal vez no sea villano de nacimiento, lo que conocemos de su historia nos lleva a entender porqué es un hombre egoísta, cruel, ya sin capacidad de empatía por sus semejantes ¿Es él el monstruo? El doctor Hofstetler (gran Michael Stuhlbarg) es un traidor, un doble agente, quien está solo, no puede confiar en sus jefes soviéticos, tampoco en los norteamericanos. Pero es un buen hombre, alguien con un propósito que entiende que el egocentrismo no es la vía.
Hay personajes que se mantienen estáticos en su desarrollo dramático y otros que cambian, pero todos están acompasados a un ritmo: el de la esperanza, sea para bien o para mal. En ese sentido, la Criatura (que como la de Mary W. Shelley no tiene nombre), sola también y sin posibilidad de conocer sus raíces, es la representación de dicha esperanza y para Elisa la de terminar de construirse a sí misma a través del amor, de llegar a la paz personal, como del Toro mismo lo dice: "Tienes que hacer las paces. históricamente, personalmente, espiritualmente, en todo nivel con el pasado para poder existir en el presente".
Hay similitudes tan evidentes como obvias en la película, particularmente con El laberinto del fauno, pero la verdad es que La forma del agua se mueve por sí misma, le encuentro mayor conexión, desde el punto de vista de la mencionada soledad pero también en lo poético de su discurso, con La invención de Cronos, su ópera prima, con el agregado de la sexualidad, antes casi desapercibido en la obra del "Gordo" pero manejada ahora con presteza para describir momentos, actitudes y sentimientos de los personajes de una manera que permite ampliar la complejidad de su interpretación para redondear la visión del director en torno al amor como algo tan bello o sucio como inasible.
En Hollywood se entendió por primera vez que el cine es un trabajo de equipo en el cual cada uno de los elementos que componen una película son importantes en función de la obra completa. del Toro nos entrega aquí una obra redonda en la cual todas sus partes funcionan como una maquinaria precisa. A los hermanos Lumiére les debemos el cine tal como lo conocemos, a ellos hay que agradecer que su invención nos dio a Guillermo del Toro. 

 

miércoles, 10 de enero de 2018

Lo mejor del cine en 2017, una lista personal




Cada vez es más difícil hacer una lista de “las mejores películas del año”. Contrario a las facilidades de la tecnología, es precisamente esta misma la que nos limita a hacer una apreciación medianamente completa del panorama fílmico mundial, amén del terrible problema de distribución fílmica en México, de tal manera, lo único viable es hacer una lista subjetiva, sustentada en una selección de cintas vistas durante el año y un balance sobre sus valores, lo cual ofrezco.
El orden es estrictamente alfabético y por supuesto no se encuentra todo cuanto me gustó, sino aquellas que recomendaría no perderse o volver a ver.

Blade of the immortal (Mugen no jûnin) Takashi Miike. Japón, 2017
El prolífico Takashi Miike lo vuelve a hacer. Pese a realizar un promedio de cuatro películas al año, varias de ellas de manera simultanea, es notable el cuidado en cada detalle de esta adaptación del manga del mismo nombre. Hay un balance entre el preciosismo técnico y la hiper violencia sello del director que hacen de esta historia de un samurái inmortal un festín para los sentidos. 

Blade runner 2049. Denis Villeneuve. USA, 2017
La obra más incomprendida del año. Es un ejemplo de sobriedad y solvencia técnica y artística memorables, no hay elemento fuera de lugar aquí. Se habría de escribir muchos ensayos para abordar las variantes polisemánticas de esta cinta, tal como se ha hecho con su antecesora y no limitarse a compararla con ella, pues más que establecer una continuidad directa con la película de Ridley Scott, amplia el universo creado con una reflexión más sombría sobre la vida y la soledad; los personajes secundarios, en apariencia no profundos, sirven de contraste para ampliar el discurso general, el cual apela a todos desde la particularidad y vacío de cada ser en el mundo.

Después de la tormenta (Umi yori mo mada fukaku) Hirokazu Koreeda. Japón 2016
Un escritor sin más ideas, metido a detective y separado de su familia, a la cual no puede recuperar por una aparente holgazanería que en realidad es una profunda decepción de la vida, tiene en una noche de tormenta la oportunidad para reparar sus errores. Koreeda, cuya obra en México solamente es conocida por las Muestras de la Cineteca Nacional, reafirma su talento y el humanismo de sus personajes en historias sencillas, cotidianas pero al mismo tiempo profundas.

Enemigo de todos (Hell or Highwater) David Mackenzie. USA, 2016
Un western contemporáneo de grandes miras. A partir de un excelente guion del cada vez más talentoso Taylor Sheridan, Mackenzie construye una película seca y dura, como los paisajes en los cuales fue rodada y los personajes sin alma que vagan en círculos, buitres todos por una causa o la contraria. Junto con Animales Nocturnos (Nocturnal Animals, Tom Ford) y Wind River, del mencionado Sheridan, me parecen las películas norteamericanas que deberían marcar tendencia en su industria. Pero eso no sucederá.

Fuera de mi camino (Dnevnik Masinovodje) Serbia-Croacia, 2016
Una grata sorpresa en las salas comerciales; llegó con poco ruido y la crítica no se entusiasmó demasiado. Según las estadísticas, un conductor de ferrocarril cometerá en su vida laboral un promedio de quince homicidios involuntarios. Esta es la historia de Sima, hijo de Ilija, quien padece de angustia porque aún no ha matado a nadie en su incipiente carrera de maquinista. Una genialidad de humor negro y absurdo al borde del realismo mágico.

Good Time: Viviendo al límite (Good Time) Benny y Josh Safdie. USA, 2017
Una historia frenética. Connie es un delincuente mediocre, un total perdedor quien debe rescatar a su hermano con retraso mental del problema en que lo ha metido. Se le ha comparado con Después de hora, de Scorsese y el cine de John Cassavetes, pero la película de los hermanos Safdie se mueve con libertad propia. Robert Pattinson se revela como un actor dotado, lejano ya de sus días de Crepúsculo liderando a un elenco genial en la Corte de los milagros contemporánea que es Queens, New York.

La vida de Calabacín (Ma vie de Courgette) Claude Barras. Suiza-Francia, 2016
¿Cómo abordad la orfandad, la soledad y la construcción de una nueva vida sin caer en el melodrama fácil? He aquí la respuesta. Barras sabe llevar la historia de Calabacín con una fineza memorable; en ningún momento atenúa o disfraza las dificultades de la vida, pero con mano diestra no se deja llevar por sensiblerías. Todo en esta breve película en stop motion es para recordarse con deleite.

Paterson. Jim Jarmusch. USA-Francia-Alemania, 2016
Jarmusch viene por sus fueros con una película poderosa en su sencillez absoluta. Contada con su minimalismo distintivo, logra hacer una obra poética en varios sentidos, tanto por el protagonista, Paterson, poeta y camionero quien vive en el pueblo de Paterson, como por la manera como deja transcurrir las acciones, similar a la vida misma, en apariencia intrascendente hasta que nos detenemos en los pequeños detalles.

Tarde para la ira. Raúl Arévalo. España, 2016
Tengo tiempo insistiendo en el buen momento por el cual atraviesa el thriller español y aquí hay una prueba de ello. Brillante debut de Raúl Arévalo como director con una historia de venganza muy dura que camina por la delgada línea entre ser víctima o victimario. El guion, escrito por el director junto al también debutante David Pulido, dosifica las acciones con una presteza bien aprovechada por el cuadro actoral, del cual me sorprende no haya recibido todos los Goya, en particular Antonio de la Torre, quien interpreta a un ser fantasmal en espera de cumplir su misión para poder empezar a purgar la condena a que ha sido destinado.

Tempestad. Tatiana Huezo. México, 2017
Dos historias de dolores paralelos. Desafortunadamente ciertos. Es un documental sobre la violencia en México y la vulnerabilidad de las mujeres en este contexto. Tatiana Huezo destaca como una cineasta dotada para narrar y estudiar la condición humana. Hace unos meses escribí un texto más extenso sobre esta película en La Orquesta. 

Vuelven. Issa López. México, 2017
Una pequeña joya. Una película de horror al cuadrado: por un lado gracias a algunas convenciones genéricas, pero por otro merced al miedo que se respira día a día en este país. Dentro de la línea de Guillermo del Toro y el cine de horror oriental de principios de siglo, el filme consigue establecer un discurso sólido en el cual los elementos de horror están presentes sólo para recordarnos que nuestra realidad puede ser más triste. Estupenda dirección de los niños protagonistas y un planteamiento realista de las situaciones. De lo mejor del cine mexicano de este año.

Your name. Makoto Shinkai. Japón, 2016
Señalar la fortaleza del cine de animación japonés es el lugar común más cierto; también que la animación ha dejado ya hace mucho de ser un tipo de cine para niños o geeks, Makoto Shinkai lo viene mostrando desde el inicio de su carrera, hoy consolidada a grado autoral. La historia de una pareja de jóvenes cuyos cuerpos se intercambian mientras duermen y el vínculo creciente entre ambos es una de las más entrañables del cine en mucho tiempo. Al mismo tiempo se trata de una cinta multireferencial, lo cual la dota todavía más allá de posibilidades de gozo y, por supuesto, para darle su lugar en la historia del séptimo arte.

viernes, 5 de enero de 2018

Basurero fílmico 2017




Tengo como principio evitar ver películas que de antemano sé que serán tiempo perdido, así por ejemplo en 2017 no vi Hazlo como hombre, 3 idiotas ni Como cortar a tu patán, las tres mexicanas más taquilleras; las tres comedias burdas, según se ve desde el tráiler de las mismas. Aún así siempre toca la mala fortuna de toparse con cosas lamentables, aquí mi lista de las películas que más detesté en el año pasado.
Ordenadas de la peor a la menos peor.


¡Huye!
Get Out. Jordan Peele. USA, 2017
De manera inexplicable este bodrio aparece en un buen número de listas de lo mejor del cine, cuando en realidad es una bobería cuya trama y desenlace se venden a los 10 minutos de iniciada, amén que las situaciones son tratadas con una torpeza desesperante. En fin, se lleva el trofeo El traje nuevo del rey 2017


No toques dos veces
Don’t Knock Twice. Caradog James. USA, 2017
¿Pueden creer que algo así haya necesitado dos guionistas (¡Sí, dos!) para ser escrita? Mi mente había borrado todo registro de ella y tuve que ver el tráiler de nuevo para acordarme por qué había ido a parar de inmediato a mi lista de lo peor. Me arrepiento de haberlo hecho.


Frozen: una aventura de Olaf
Olaf’s Frozen Adventure. Kevin Deters y Stevie Wermers. USA, 2017
Vaya, me quejaba de la anterior película por haber necesitado dos guionistas. Pues este corto requirió de dos directores para convertirse en la animación más aburrida y boba del siglo.


Hasta el último hombre
Hacksaw Ridge. Mel Gibson. USA, 2016
Un festín de patrioterismo y religión exacerbado con gore, filmado por un fanático. El que las escenas de batallas estén bien realizadas no quiere decir que se trate de una buena película en absoluto, los críticos que la han alabado por eso me parece han visto poco cine; y eso sin contar el exasperante melodrama barato con el que Gibson fastidia todo cada que parece venir una buena secuencia.


La momia
The Mummy. Alex Kurtzman. USA, 2017
Creo que la única gracia de esta película es el mame sobre si el título es una referencia a Tom Cruise.


Eso
It. Andy Muschietti. USA, 2017
De verdad me pregunto ¿A quien se le ocurrió que Pennywise daría miedo moviéndose como perro mojado? Aburrida e innecesaria nueva adaptación de una novela que debió quedarse como tal y nunca forzada a malograrse en el cine.


Valerian y la ciudad de los mil planetas
Valerian and the City of a Thousand Planets. Luc Besson. Francia-China-Bélgica, 2017
Luc Besson insiste en demostrar que fue pura llamarada de petate con una película caótica y anticlimática con dos de los protagonistas más antipáticos que se hayan visto. El guion es interesante no por buenos motivos, si no porque al mismo tiempo consigue ser predecible y divagante. Totalmente infumable.


Kingsman: el Círculo Dorado
Kingsman: The Golden Circle. Matthew Vaughn. UK-USA, 2017
Una banda de villanos secuestra los cerebros del equipo de producción de una película basada en los personajes de uno de los mejores y más promiscuos escritores de comics de la actualidad. Los malvados reemplazan los cerebros con estiercol y el equipo de alienados hace una de las peores películas de lo que va del siglo XXI.
No, no se trata de la sinopsis de Kingsman: el círculo dorado; es lo que me imagino debe haber sucedido para que se haya perpetrado esta monumental estupidez.
Por cierto, deberíamos hacer una colecta para apoyar a Julianne Moore, la pobre debe estar desesperada y en la inopia para haber aceptado manchar su carrera con ese papel.


Olé, el viaje de Ferdinand
Ferdinand. Carlos Saldanha. USA, 2017
Parece que Blue Sky Studios nunca va a terminar de levantar vuelo en el campo de la animación; esta es tan mala como Robots (2005), su hasta ahora punto más bajo.


Alien: Covenant
Ridley Scott. USA, 2017
Otra película inecesaria de Alien. No es tan pésima como Prometheus, de hecho técnicamente está muy bien resuelta, pero carece totalmente de alma y no hay un sólo personaje bien planteado.


La gran muralla
The Great Wall. Zhang Yimou. USA-China-Hong Kong, 2016
Mensaje a quien dirigió esto: ¡Maldito ursupador! ¿Quién eres y qué hiciste con Zhang Yimou, el director de Sorgo Rojo, Semilla de Crisantemo, Héroe, El camino a casa?



Kong: La isla Calavera
Kong: Skull Island. Jordan Vogt-Roberts. China-Australia-Canadá-USA, 2017
Una película hecha para gustarle a quienes no le saben ni les gusta el cine. ok, las peleas de Kong son emocionantes y bien hechas, si tan sólo las hubieran envuelto en una historia coherente y de mínima inteligencia.



 Ladronas de almas
Juan Antonio de la Riva. México, 2015
¿Por dónde empezar? Creo que las barbaridades transcurridas entre Pueblo de madera y Elisa antes del fin del mundo (Más que alcanzar una estrella, La Chilindrina en apuros, etc.) le frieron el cerebro a Juan Antonio de la Riva, el zombie real detrás de esta película.
Aunque debo admitir que resulta divertida de tan mala que es.