domingo, 26 de abril de 2009

La noche de los muertos vivientes

Caminan en el mundo adueñándose de él, conquistando cada vez mayor terreno a pesar de que su nivel de raciocinio está seriamente trastornado. Sólo los mueve su deseo de carne fresca, se alimentan del miedo y su mejor estrategia para cazar es dejar que las propias presas, víctimas de sus errores e incapacidad para convivir, se presenten frente a ellos. No hay manera de detenerlos, cuando matas a uno surgen diez más. No hay futuro. Ellos son el futuro.
Si bien el cine de zombies surge en 1933 con White Zombie (La legión de los hombres sin alma, Víctor Halperin), es hasta 1968 cuando podemos afirmar que -como los entes que retrata- renace para apoderarse del planeta a través de un clásico atemporal: La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, que vino a marcar los derroteros de un subgénero que despierta pasiones merced a su inquietante concepto, aún y cuando el argumento en cada película realizada bajo esta línea es prácticamente una repetición del planteado originalmente por Romero.
La noche de los muertos vivientes narra la historia de un grupo de personas que de pronto se encuentran acosadas por un ejército de muertos vivientes que en una oscura noche comienzan a pulular en un pueblo de Pittsburg, obligándolos a interactuar para escapar de la amenaza, aunque en el camino se topan aparte de la amenaza sobrenatural, con la quizá peor amenaza del egoísmo y mezquindad humana.
El punto central es que se trata de una película que amén de generar una extensa serie de secuelas y reinterpretaciones, concentra una riqueza simbólica y metafórica que magnifica el acto de entretenimiento para llevarlo al plano de la reflexión, el propio director así lo ha confirmado al declarar que el terreno de la fantasía es propicio para elaborar metáforas tras las cuales se expresa una crítica social.
En el campo del horror la película innova en varios sentidos. En primera instancia recurre a una línea usada anteriormente en este género, que es la presencia del mal sin explicación alguna, sólo que en esta ocasión no se puede dejar de pensar que la raíz del peligro ha germinado desde las propias víctimas. Es notable además el recurso de la violencia gráfica, que anteriormente sólo se sugería; aquí vemos claramente a los zombies devorando a sus víctimas, lo cual inspiraría pronto a los primeros autores de gore. Por otra parte, la decisión del director para filmar a blanco y negro resalta el efecto terrorífico, pues probablemente si se hubiera realizado a color, con los efectos especiales disponibles entonces, hubiera dado como resultado algo mucho menos horrorizante.
Retornando a la parte social, Romero introduce como personaje principal a un actor negro, lo que resulta destacable en un momento en que el racismo era más generalizado en USA. El director ha negado que el haber hecho esta elección forme parte de la crítica social de la película, pero cabe destacar que en las secuelas posteriores los personajes de color han tenido siempre papeles principales.
Pese a las ya casi incontables producciones en torno a los zombies que se han realizado a partir de La noche, la obra de Romero sigue siendo considerada como la rectora de este subgénero. 10 años más tarde el director daría continuidad a la saga con El amanecer de los muertos, en la cual la plaga se ha extendido a lo largo de USA y la lucha por la supervivencia presenta menos esperanzas.
Una tercera parte El día de los muertos, de 1985, se ganaría la desaprobación de muchos fans pese a ser una película de bajo costo con una realización admirable, además que explora cuestiones antes no presentadas, como el temor de los protagonistas a ser los últimos humanos vivientes en el planeta y un elemento nuevamente revolucionario, la posibilidad de que los muertos vivientes tengan capacidad de raciocinio. En 2005 continúa explorando esta posibilidad en La tierra de los muertos, donde ya los zombies, han formado una sociedad primitiva. Finalmente, en 2008 se estrenó en medio planeta, exceptuando México, El diario de los muertos, puesta al día del género por parte de su propio creador.
Curiosamente en el caso de La noche de los muertos vivientes no se podría hablar de actos de piratería, pues por negligencia del distribuidor original quedó como una obra de dominio público, por ende se pueden conseguir múltiples versiones de la misma en video y dvd, recomiendo ampliamente buscar la original y permitirse disfrutar con una obra maestra que nunca aparecerá dentro de las estiradas listas de las “100 mejores películas de la historia”, aunque lo merece más de muchas que son habituales en esos recuentos.

Les dejo el trailer

2 comentarios:

Edgar Clement dijo...

Me voy a robar la pic de tu ID... está bien chingona.

Otto Lumiere dijo...

Jejeje
Adelante; recuerdos de la infancia carnavalera