Los no invitados
(4 Inyong shiktak) Dir. Lee Soo-youn
Corea del sur, 2003
Adquirí esta cinta no tan animado por el hecho de ver otra historia de fantasmas orientales, como para despejar la duda de por qué tras año y medio de lectura de guiones después de hacer My sassy girl, la hermosa Jun Ji-Hyun (aquí en los créditos como Gianna Jun) se había inclinado por esta propuesta. Y el resultado es obvio, una cinta lenta, pero muy consistente que nos mete la melancolía a la par que el miedo en las venas. Corea del sur, lo digo abiertamente, debe ser nombrada a la brevedad como la nueva Meca del cine.
Les dejo un fragmento que, como toda la película, no puede ser sino descrito como de escalofriante belleza:
Alucarda, la hija de las tinieblas
Dir. Juan López Moctezuma
México, 1975
¡Oh, Alucarda! Satanismo, blasfemia, desnudez, nunsploitation, delirio y el movimiento pánico llevado a terrenos donde Jodorowsky no se hubiera atrevido. Esta es defintivamente una de las joyas de la corona del horror en México, pese a que precisamente aquí la obra de López Moctezuma ha sido pobremente difundida, seguramente porque para la industria mexicana (o lo que quedaba de ella) su cine resultaba excesivo. En You tube encontré este trailer casero -muy bueno, vale decirlo- en el que incluso se les olvida doblar las voces durante un momento:
Las siete puertas del infierno
Las siete puertas del infierno
(E tu vivrai nel terrore / L'aldilà) Dir. Lucio Fulci
Italia, 1981
La mejor película de Lucio Fulci cuenta la historia de una desafortunada mujer que hereda un hotel... construido sobre una de las siete puertas del infierno. Con esta base, el maestro italiano se prodiga en escenas horrendas y de una violencia tal que ha sido motivo de censura en varios países, y eso sin contar su final surrealista y desolador.
El despertar del diablo
(Evil dead / book of the dead) Dir. Sam Raimi
USA, 1980
Desde mi punto de vista, LA obra suprema del gore. Sam Raimi demostró que una cinta de horror extrema podía presentar un planteamiento estético de altura; que el gore va unido a la comedia de una forma bizarra; que con un presupuesto ridículo se puede hacer algo creíble y visualmente impresionante y que una cinta de género puede generar culto aún entre los más puristas. Entre otras virtudes.