Debería haber una ley que proteja a las grandes obras de arte de las malas revisitaciones.
Pero bueno, esto es un sueño guajiro que no se va a dar nunca por mucho que nos pese en tanto que lo que mueve al planeta es el mercantilismo y nuestra implícita necesidad de devorar como parte de la sociedad de consumo. Tales palabras proto izquierdistas setenteras vienen a cuenta por el estreno de El hombre lobo, el hit cinematográfico de la temporada que ha resultado ser una decepción total.
Lo que intentaba ser un remake del clásico de 1941 dirigido por George Waggner –avezado creador de atmósferas terroríficas de la época dorada de horror de
Contrario a su fuente, este refrito desperdicia los talentos individuales de sus actores principales (Benicio del Toro-de hueva-; Anthony Hopkins –mega soso-; Emily Blunt-desorientada-: Hugo Weaving-intragable- e incluso Geraldine Chaplin, que destruye sus antecedentes con un papel horrendo) y además, supongo en un afán de homenaje, retoma puntos de la cinta de Waggner, escrita por Curt Siodmak, para demostrar como se puede devastar un clásico cuando se conjunta un director equis con un equipo que incluye a escritores desaprovechados como Andrew Kevin Walker, quien realizó el espléndido guión de Seven, y David Self, quien supo recrear maravillosamente la historia de Lone Wolf & Cub en Camino a la perdición para realizar un verdadero filme de horror, tomando como tal no el género, si no lo aborrecible del resultado.
En fin, para pasar el trago amargo, les invito a ver algunas de las buenas películas de uno de los grandes mitos como es la figura del Hombre lobo:
La original de 1941